Día cinco: Acaba esta historia

Día cinco: Acaba esta historia

Violeta dejó caer su bolso al suelo nada más llegar. Era la última. Nunca llegaba tarde, siempre mentía a su marido y le decía que iba a casa de su hermana a ayudarle con los hijos.

A su marido le daba igual, él solo quería ver jugar a Luis Aloy Vidal, que era un tipo que chutaba un balón y jugaba para el club de futbol de la ciudad.

Se las quedó mirando a todas, muy callada y seria. Estuvo así varios segundos.

- Habla, niña- le dijo Azucena.

Y entonces lo soltó todo.

(deja tu historia en los comentarios y lee la de las demás, la historia que más se acerque a la mía, la que yo tengo escrita, ganará una lámina mía original. Oh! Yeah)

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2 comentarios

Entonces, con las manos llenas de flores empezó a repartirlas una por una a sus amigas. Daba una flor y les regalaba palabras de amistad. Luego se abrazaron todas. Ese día no jugaron a las cartas, sino a las palabras y los abrazos.

Sara

Le he visto, a Ramón, le he visto en calle, está igual que de jovencito. Me quedé parada y algo se encogió en mi estómago. Estaba guapo, con algo menos pelo. Pero era él, mi Ramón

Fátima

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